sábado, 1 de noviembre de 2014

La hedionda felicidad ahora es patria

Rara vez la felicidad llega completa. En el noroeste de Maracaibo hay unos sectores llamados La Esperanza, Rafito Villalobos, Ciudad Lossada, el Mamón, el Hediondito entre otros. Este último, en particular su nombre hace, honor a la plena felicidad de esas comunidades que disfrutan de una hedionda condiciones de vida. En la dichosa dosis de “patria” que les ha tocado vivir.

En el momento que estoy escribiendo no hay electricidad; hace 5 días no hay agua, no por racionamiento, sino que las aguas servidas y las aguas blancas navegan por las mismas tuberías. Así como lo leen, por incumplimiento de Hidrolago, y el abandono de las obras, los habitantes de los sectores mencionados reciben por las tuberías de aguas blancas las aguas de las cloacas.

El caso es muy grave, los órganos del gobierno envían uno que otro camión con agua para atender la zona, sin percatarse que la fétida felicidad en esos sectores se convierte en asesina. Esa población tiene todas las tuberías externas e internas totalmente contaminadas, los felices entes de gobierno no dan respuesta oportuna y suficiente para que la vida de más de 10.000 ciudadanos no corra el feliz peligro de la muerte. Como si fuera poco la felicidad pasa por cerros de basura, por todas las felices calles con la única respuesta de murales que dicen "con la Alcaldesa ganamos todos".

Ojalá el Gobernador y la Alcaldesa vinieran por la parte de felicidad y patria que por estos lados les guardan. Amén de la dicha de tener una inseguridad que se muestra totalmente feliz y es compartida por las cuadrilla de Hidrolago que se niega a ir al sitio de la “fiesta” si la Policía no los acompaña, y comparte la dosis de felicidad, ya que ellos no están dispuestos a ser los únicos que lleven forzados regalos a los felices delincuentes.

Luego, felizmente han ido funcionarios y diputados a señalar una situación que todos conocen porque la padecen, a señalar culpables, sin llevar la soluciones, ante el inminente feliz peligro que corren los miles de ciudadanos, por la feliz irresponsabilidad de los entes de gobierno.

Sr. Gobernador, Sra. Alcaldesa, Sres. Directores de Instituciones Públicas Nacionales, que tristeza tener que pasar la miserable vida “feliz” que nos ofrecen con el jolgorio de su feliz e irresponsable gestión.

Siento vergüenza por Ustedes y tristeza de un pueblo que renuncia a la protesta y se muestra impotente, con baja estima para defender a su familia, la vida y al País. Les devuelvo la inmunda dosis de patria que me ofrecen con la esperanza que el despertar llegará, y entonces tendremos por completo un país donde se respete la vida.

Edgar Luzardo Añez

30 de octubre de 2014