sábado, 8 de septiembre de 2018

MARACAIBO

La historia menciona varias fechas para el cumpleaños de Maracaibo.

Su fundación se le acredita al Alemán Ambrosio Ehinger (Alfinger) un 8 de septiembre de 1529. La segunda fundación se le acredita al español Alonso Pacheco para el año 1571 y la tercera y última fundación en 1574 al capitán Pedro Maldonado, quien la nombró como Nueva Zamora de la Laguna de Maracaibo; pero no podemos hoy celebrar o conmemorar ninguna de esas fechas.

Maracaibo es una ciudad ABANDONADA, MALTRATADA por sus gobernantes durante muchos años. Gobiernos epilépticos sin planificación ni gerencia, sin proyectos sostenibles y sustentables, con criterios de perpetuidad.
La han convertido en una ciudad fantasma sin electricidad, agua potable, calles llenas de basuras, transporte público catastrófico, sin servicios médicos asistencial, sin trabajo digno, alimentos, medicinas, entre muchas otras ausencias lamentables.

Pudiéramos hacer un concurso para premiar a quien señale un solo servicio o acción de gobierno que sirva en los últimos años, y con seguridad se tendría que declarar desierto.

Maracaibo es una ciudad con potencial para el desarrollo, llena de recursos naturales, grandes posibilidades,  pero muy mal gobernada, sometida a saqueos permanente.

Maracaibo merece ser una ciudad moderna, abierta al desarrollo industrial, turístico, comercial y educativo. Debe tener un sistema vial urbano ajustado a las necesidades de hoy, con flotas de vehículos modernos adaptados para nuestro clima, cuya frecuencia y volumen permita reducir los tiempos de espera a los usuarios, dar seguridad y confort.

Capacitar a los profesionales del volante mediante convenios con nuestras instituciones educativas, para prepararlos a las exigencias de una ciudad moderna en  constante desarrollo.

Construir dos grandes y modernos terminales de pasajeros al norte y sur de la ciudad.
Se deben construir sistemas masivos de transporte que comuniquen y unan el oeste con el milagro y el sur con el norte de Maracaibo sin cometer los errores del metro actual y desarrollar redes secundarias para la alimentación de estos sistemas.

Se deben tomar medidas de emergencia para la recuperación definitiva del sistema eléctrico, del agua potable; recuperar la red vial; recuperar de menera gradual los espacios para el ciudadano, la cultura, la educación; devolver al ciudadano las riberas del Lago y el casco histórico de la ciudad como centro turístico para propios y extraños.

Construir tres grandes mercados modernos, noroeste, noreste y sur. Para descongestionar el centro de la ciudad.

Recuperar la policía municipal para sus funciones administrativas, formándose adecuada y efectivamente para la prestación del servicio integrado a la comunidad.

Debemos promover la convivencia ciudadana.

Otra obra por desarrollar es gran parque del oeste de Maracaibo que los integre a la modernidad.

Convertir el manejo de los desechos sólidos en un negocio que haga el servicio eficiente y rentable como en toda ciudad moderna.

Se debe promover la formación de un ciudadano con compromiso y pertenencia a la ciudad. Sustituir el papel de la propaganda destinada a rendir culto a la personalidad, por campañas formativas e institucionales que eleven el nivel de convivencia y orienten la participación del ciudadano a los verdaderos intereses de Maracaibo.

Edgar Luzardo
Presidente de Alianza Bravo Pueblo Zulia
8 de septiembre de 2018

miércoles, 5 de septiembre de 2018

MARCOS CON TOLTA


Por los años 80 conocí a una familia recién llegada de la Cuba del Fidel.


De alguna manera sus familiares y allegados en Venezuela habían logrado liberarlos de la pesadilla. A pesar de la pimienta propia del cubano y de su elocuente conversación, era inevitable mostrar la tristeza en sus rostros.

Pregunté porqué se quedaron en Cuba y el de mayor edad asumió la respuesta "como todos los cubanos fuimos objetos de engaño por Fidel".

Continúo el caballero "Cuando la revolución llegó, regresé a mi patria creyente de que había llegado a Cuba un Adalid de la justicia, el progreso personificado. Nosotros los cubanos de clase media llenos de fe en la vida, trabajadores, con conciencia de la libertad fuimos sorprendidos".

"Perdimos nuestra casa o por lo menos parte de ella, la capacidad de emprendimiento fue reducida, empezamos a vivir un secuestro, una presión continua para quebrar la autoestima, la pérdida de consciencia de la vida y pasamos de dar gracias a Dios por un día más, a dar gracias a Fidel por dejarnos vivir, es decir conocimos la miseria en toda su expresión" y con esto recuerdo que finalizó su corta intervención.

Aquel relato me llegó de tal manera que me convertí en observador permanente de esa familia, cuya historia me parecía increíble, y que gracias a Dios nunca llegaría a VENEZUELA, pensaba yo.

La familia creció; la hija del mayor con su esposo y un niño. Jamás olvidaré a aquel niño que necesito ayuda psicológica para integrarlo al resto de la familia y parte de una sociedad que le era extraña. Era difícil de entender para el niño, la calidad y variedad de los juguetes en el común de los otros niños y que además estaban a su alcance y disposición, así como muchas condiciones de vida que sin pretender riqueza son parte de una vida digna.

Recuerdo a su papá, que no se si reía o mostraba el coraje, cuando comentaba que por tantos años tuvo que usar ropa menor o mayor a su talla o un par de zapatos de diferentes tallas derecho e izquierdo.

Su primer trabajo fue rebanar jamón, producto que no conocía y del cual sus jefes le permitían ingerir sin cometer abuso, más por salud, que por otras circunstancias, a pesar de la importancia que tuviera.

Transcurrido un tiempo corto, y  familiarizado con la ciudad, al salir de su trabajo, salía Marcos loco de contento con las tortas de coco que su mujer le preparaba para vender.

"TOLTA, TOLTA", exclamaba Marcos para ofrecer convertido en manjar su capacidad y la de su familia para emprender.

Su hijo creció, se formó académicamente. Llegó a tener un cargo de supervisor en unas de las empresas más importantes del mundo instaladas en Venezuela; luego se convirtió en un pequeño empresario, que ve con preocupación que la desgracia que su familia y él de muy niño vivieron en Cuba, los podía tocar de nuevo.

Hoy ese niño vive con su nueva familia y en compañía de su adorada madre. Marcos nos dejó temprano pero vivió en su hijo la niñez y juventud que le fue negada. 

"Marcos TOLTA,TOLTA" más que una historia, es una advertencia a todos los Venezolanos.

Edgar Luzardo
Presidente de Alianza Bravo Pueblo Zulia
5 de septiembre de 2018