lunes, 15 de enero de 2018

Para mi amigo Antonio Ledezma

En las cosas del honor, la distancia te une en el compromiso.

Para el amigo con quien comencé en la política en los mismo años, con apenas unos meses de diferencia de edad, en el mismo partido, en la lucha estudiantil cuándo un liceo se peleaba cómo la batalla final, tantos tropiezos y caídas, de todas nos levantamos. 

Nos tocó en la niñez parte de la dictadura y en la adolescencia sus coletazos y la suerte de crecer al lado de grandes hombres, y de los que ya no estaban, pero su intelecto era primavera y aún vigente abrazamos, nos formaron para ser del tamaño de las circunstancias.

Antonio Ledezma amigo, siempre admire tu disciplina,  tu deseó de competir con tus propios logros, ser mejor, eso te hizo objeto de la canalla que nunca admitió que fuistes escogido para regresarle Caracas a los Caraqueños, para devolverle el nuevo circo al ciudadano, el terminal de la bandera aquel que funcionaba, La Maternidad Concepción Palacios a la salud de la madre, al hijo. De que manera abrazamos la dignidad, recuerdo como te la jugaste, derrotando a Chávez y a Maduro en la Gran Caracas. Como el temor los obligó al arrebato de la decisión de un pueblo, con desesperación actuaba la barbarie, cuándo se sentían superados por el hombre que hacía reingeniería de sus funciones y fortalezas; que se crecía ante la adversidad, que no se dió por vencido ni se arrincono para lamerse las heridas.

Recuerdo en la Guaira y frente al CNE de Caracas. Recibiste disparos al cuerpo de lacrimógenas que te llevaron de emergencia a la clínica y como de la clínica salias a la marcha que tocaba.

Fue en parte curioso ver a tu familia sorprendida cuándo te plantaste en huelga de hambre en la OEA para defender a los trabajadores de la Alcaldía Metropolitana de Caracas.

Hombre de verbo con tono y contenido claro para enfrentar al régimen, a la dictadura Castro Comunista, que no teniendo más recursos para aliviar su miedo y contener al hombre impregnado de fuerza de pueblo de los que pare la amada Venezuela, te secuestraron, y pensadote dominado nuevamente sorprendiste con un vídeo que advertía de una conducta equivocada de la dirección opositora y dónde lamentablemente algunos no admitieron sus errores, y aún pagamos las consecuencias.

Lograste librarte de tus secuestradores y te recibió el mundo democrático y ahora una continua tarea, organizar la diáspora, hacer que el mundo ponga sus ojos en un pueblo que fue abrigo para quien lo necesitó, hoy necesitamos de ellos.

Mucho trabajo queda por hacer amigo, desde tu querida Venezuela, aquí donde dejaste tu corazón y pensamiento, tenemos la fe y la confianza en ti y en los 3.000.000 de compatriotas que lucharan la solución juntos a los que aquí estamos para seguir diciendo: "Gloria al Bravo Pueblo que el yugo Lanzó, la ley respetando la Virtud y Honor".

Edgar Luzardo Añez
Maracaibo 12 de enero de 2018

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